RENACIMIENTO
El período histórico que sucede a la Edad Media en Europa es conocido como el Renacimiento, su nombre está relacionado con el renacer de las formas clásicas greco-latinas, y comprende todo el siglo XVI aunque sus precedentes se encuentran en los siglos XIV y XV y sus influencias se dejan notar en el XVII.
Se inició en Italia, más precisamente en Florencia, y se extendió por toda Europa favorecido por el invento de la imprenta .
Los escritores del renacimiento adoptaron como modelos que debían ser imitados a los escritores de la antiguedad clásica, y a los grandes italianos del siglo XIV Dante, Petrarca y Boccacio. Este movimiento fue influido por los humanistas que habían estudiado la cultura de Grecia y Roma, entre los que destacan Erasmo de Rotterdam, Antonio de Nebrija y Juan Luis Vives.
Durante la Edad Media, el arte es un medio para honrar a Dios, pero para los renacentistas, el centro del mundo es el hombre,por lo tanto, los poetas cantan al amor humano, la naturaleza,los hechos guerreros, y también, tratan temas filosóficos, políticos y teológicos.
El siglo XVI es una época de profundas transformaciones políticas, sociales y culturales. Por una parte, se consolidan las monarquías europeas, que dan origen a los Estados nacionales. Por otra, la burguesía continúa adquiriendo una importancia creciente con el desarrollo de la vida urbana y el incremento del comercio. Para este mismo siglo, España se convirtió en la primera potencia europea. Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598) reinaron sobre un vasto imperio que se extendía por Europa y la recién descubierta América, en 1492.
El reinado de Carlos I estuvo marcado por distintas guerras que tenían por objeto mantener su hegemonía en Europa, intentó frenar la expansión turca y preservar la autoridad del Papa frente a la reforma de Lutero. Esos conflictos tuvieron como efecto un progresivo endeudamiento de la economía española. Las relaciones diplomáticas que se desarrollan en este período, así como la generalización del uso de la imprenta, favorecen la difusión de las ideas y la influencia italiana en las letras españolas.
Durante el reinado de Felipe II, la crisis se agudizó. España se vio nuevamente envuelta en diversas guerras, que minaron los recursos económicos del país. Además, el rey se erigió en defensor de las tesis del Concilio de Trento, convocado para poner freno a las ideas de Lutero, y cerró el país a toda influencia cultural procedente del exterior. Se inicia así la Contrarreforma.
La mentalidad renacentista
Mientras en la Edad Media se consideraba que Dios era el centro del universo (pensamiento teocéntrico) y se concebía la existencia terrena como el camino para conquistar la vida eterna, en el Renacimiento se sitúa al hombre en el centro del mundo (pensamiento antropocéntrico), al que se considera, con una actitud vitalista, un lugar de goce, digno de ser vivido.
Surge también un nuevo modelo de persona: el ideal del «cortesano», experto no sólo en las armas sino también en las letras.
La confianza en el poder de la razón hace de esta época de grandes descubrimientos geográficos, el punto de partida de la ciencia moderna. La nueva valoración del hombre implica también una reforma de la espiritualidad.
Influencias y renovaciones en la literatura española renacentista
La literatura española recibió durante el Renacimiento la influencia de la literatura italiana y de la literatura clásica grecolatina, y experimentó una renovación en los temas, en las formas y en el estilo.
* Temas. Se reelaboran los mitos clásicos, y el amor y la naturaleza reciben un tratamiento idealizado. Surge, además, una importante corriente de literatura religiosa con una nueva sensibilidad espiritual que da lugar a dos corrientes: la ascética y la mística. También se aborda, especialmente en la picaresca, la realidad social de la época. Los tópicos que aparecen en los textos literarios son: de contemptu mundi, vale decir el menosprecio del mundo, el mundo y sus cosas son despreciables por su vanidad; fugit tempus, o sea, la fugacidad del tiempo, de la vida (tópico relacionado con la vanidad de las cosas mundanas, la preocupación por el paso del tiempo se asocia también con el ubi sunt [¿dónde están?] a modo de pregunta sobre donde están las personas y las cosas que fueron y que ya no son).
* Innovaciones formales. Se adopta el verso endecasílabo, propio de la poesía italiana; y con él se empiezan a emplear nuevas composiciones y formas estróficas: el soneto, la lira, la octava real...
* Estilo. Los autores renacentistas perseguían la sencillez y la claridad expresivas, el equilibrio de formas y la naturalidad.
La escritura y la imprenta
A partir del invento revolucionario de la imprenta,comienza en el mundo occidental la era de la escritura. Poco a poco la escritura gana el terreno de la memoria y de la oralidad. La importancia que se le da a la escritura se pone de manifiesto cuando se piensa que se produjo una exteriorización de las relaciones sociales por medio del uso de contrataciones escritas, entonces, la palabra como valor de fe en el pago de alguna deuda, por ejemplo, ya no es estimada. Además, la lengua castellana (y otras lenguas europeas) sufren la gramaticalización de sus formas vulgares (recordemos que Antonio de Nebrija había escrito para estos años la primera gramática castellana).
Géneros y corrientes
En la literatura renacentista española se pueden identificar dos tendencias contrapuestas: por un lado, la idealización de la realidad, que se observa en la lírica italianizante o en la novela de caballerías; por otro, el realismo crítico, que se plasma, por ejemplo, en la prosa de pensamiento y en la novela picaresca.
La prosa de pensamiento, vinculada a la difusión del humanismo, siente predilección por el diálogo. También tienen un papel destacado la prosa histórica, sobre la conquista de América, y los estudios sobre la lengua y la literatura.
En cuanto a la prosa de ficción, la novela experimentó un notable florecimiento: se desarrollan la novela pastoril, la novela corta y la novela bizantina o de aventuras. Pero, sobre todo, destacan dos hitos que determinan el nacimiento de la novela moderna: la publicación a mediados del siglo XVI del Lazarillo de Tormes, obra con la que surge la novela picaresca, y la aparición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, ya en los primeros años del siglo XVII.
SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
Y en luengos ramos vueltos se mostraban;
En verdes hojas vi que se tornaban
Los cabellos que al oro oscurecían
De áspera corteza se cubrían
Los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
Los blancos pies en tierra se hincaban,
Y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
A fuerza de llorar, crecer hacía
El árbol que con lágrimas regaba
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
Que con llorarla crezca cada día
La causa y la razón por que lloraba!
El período histórico que sucede a la Edad Media en Europa es conocido como el Renacimiento, su nombre está relacionado con el renacer de las formas clásicas greco-latinas, y comprende todo el siglo XVI aunque sus precedentes se encuentran en los siglos XIV y XV y sus influencias se dejan notar en el XVII.
Se inició en Italia, más precisamente en Florencia, y se extendió por toda Europa favorecido por el invento de la imprenta .
Los escritores del renacimiento adoptaron como modelos que debían ser imitados a los escritores de la antiguedad clásica, y a los grandes italianos del siglo XIV Dante, Petrarca y Boccacio. Este movimiento fue influido por los humanistas que habían estudiado la cultura de Grecia y Roma, entre los que destacan Erasmo de Rotterdam, Antonio de Nebrija y Juan Luis Vives.
Durante la Edad Media, el arte es un medio para honrar a Dios, pero para los renacentistas, el centro del mundo es el hombre,por lo tanto, los poetas cantan al amor humano, la naturaleza,los hechos guerreros, y también, tratan temas filosóficos, políticos y teológicos.
El siglo XVI es una época de profundas transformaciones políticas, sociales y culturales. Por una parte, se consolidan las monarquías europeas, que dan origen a los Estados nacionales. Por otra, la burguesía continúa adquiriendo una importancia creciente con el desarrollo de la vida urbana y el incremento del comercio. Para este mismo siglo, España se convirtió en la primera potencia europea. Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598) reinaron sobre un vasto imperio que se extendía por Europa y la recién descubierta América, en 1492.
El reinado de Carlos I estuvo marcado por distintas guerras que tenían por objeto mantener su hegemonía en Europa, intentó frenar la expansión turca y preservar la autoridad del Papa frente a la reforma de Lutero. Esos conflictos tuvieron como efecto un progresivo endeudamiento de la economía española. Las relaciones diplomáticas que se desarrollan en este período, así como la generalización del uso de la imprenta, favorecen la difusión de las ideas y la influencia italiana en las letras españolas.
Durante el reinado de Felipe II, la crisis se agudizó. España se vio nuevamente envuelta en diversas guerras, que minaron los recursos económicos del país. Además, el rey se erigió en defensor de las tesis del Concilio de Trento, convocado para poner freno a las ideas de Lutero, y cerró el país a toda influencia cultural procedente del exterior. Se inicia así la Contrarreforma.
La mentalidad renacentista
Mientras en la Edad Media se consideraba que Dios era el centro del universo (pensamiento teocéntrico) y se concebía la existencia terrena como el camino para conquistar la vida eterna, en el Renacimiento se sitúa al hombre en el centro del mundo (pensamiento antropocéntrico), al que se considera, con una actitud vitalista, un lugar de goce, digno de ser vivido.
Surge también un nuevo modelo de persona: el ideal del «cortesano», experto no sólo en las armas sino también en las letras.
La confianza en el poder de la razón hace de esta época de grandes descubrimientos geográficos, el punto de partida de la ciencia moderna. La nueva valoración del hombre implica también una reforma de la espiritualidad.
Influencias y renovaciones en la literatura española renacentista
La literatura española recibió durante el Renacimiento la influencia de la literatura italiana y de la literatura clásica grecolatina, y experimentó una renovación en los temas, en las formas y en el estilo.
* Temas. Se reelaboran los mitos clásicos, y el amor y la naturaleza reciben un tratamiento idealizado. Surge, además, una importante corriente de literatura religiosa con una nueva sensibilidad espiritual que da lugar a dos corrientes: la ascética y la mística. También se aborda, especialmente en la picaresca, la realidad social de la época. Los tópicos que aparecen en los textos literarios son: de contemptu mundi, vale decir el menosprecio del mundo, el mundo y sus cosas son despreciables por su vanidad; fugit tempus, o sea, la fugacidad del tiempo, de la vida (tópico relacionado con la vanidad de las cosas mundanas, la preocupación por el paso del tiempo se asocia también con el ubi sunt [¿dónde están?] a modo de pregunta sobre donde están las personas y las cosas que fueron y que ya no son).
* Innovaciones formales. Se adopta el verso endecasílabo, propio de la poesía italiana; y con él se empiezan a emplear nuevas composiciones y formas estróficas: el soneto, la lira, la octava real...
* Estilo. Los autores renacentistas perseguían la sencillez y la claridad expresivas, el equilibrio de formas y la naturalidad.
La escritura y la imprenta
A partir del invento revolucionario de la imprenta,comienza en el mundo occidental la era de la escritura. Poco a poco la escritura gana el terreno de la memoria y de la oralidad. La importancia que se le da a la escritura se pone de manifiesto cuando se piensa que se produjo una exteriorización de las relaciones sociales por medio del uso de contrataciones escritas, entonces, la palabra como valor de fe en el pago de alguna deuda, por ejemplo, ya no es estimada. Además, la lengua castellana (y otras lenguas europeas) sufren la gramaticalización de sus formas vulgares (recordemos que Antonio de Nebrija había escrito para estos años la primera gramática castellana).
Géneros y corrientes
En la literatura renacentista española se pueden identificar dos tendencias contrapuestas: por un lado, la idealización de la realidad, que se observa en la lírica italianizante o en la novela de caballerías; por otro, el realismo crítico, que se plasma, por ejemplo, en la prosa de pensamiento y en la novela picaresca.
La prosa de pensamiento, vinculada a la difusión del humanismo, siente predilección por el diálogo. También tienen un papel destacado la prosa histórica, sobre la conquista de América, y los estudios sobre la lengua y la literatura.
En cuanto a la prosa de ficción, la novela experimentó un notable florecimiento: se desarrollan la novela pastoril, la novela corta y la novela bizantina o de aventuras. Pero, sobre todo, destacan dos hitos que determinan el nacimiento de la novela moderna: la publicación a mediados del siglo XVI del Lazarillo de Tormes, obra con la que surge la novela picaresca, y la aparición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, ya en los primeros años del siglo XVII.
SONETO XIII
A Dafne ya los brazos le crecían
Y en luengos ramos vueltos se mostraban;
En verdes hojas vi que se tornaban
Los cabellos que al oro oscurecían
De áspera corteza se cubrían
Los tiernos miembros que aún bullendo estaban;
Los blancos pies en tierra se hincaban,
Y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
A fuerza de llorar, crecer hacía
El árbol que con lágrimas regaba
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
Que con llorarla crezca cada día
La causa y la razón por que lloraba!
GARCILASO DE LA VEGA.
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